Moverte con regularidad no es solo un tema de estética: te ayuda a liberar tensiones, dormir mejor, sentirte con más energía y, sobre todo, conectar con vos mismo en un momento de grandes cambios.
Además, te permite estar más presente y activo para acompañar a tu bebé desde un lugar más equilibrado.
Lea más: ¿Qué es el comfort food y por qué lo buscamos cuando estamos estresados?
Estrategias simples para volver a moverte

1. No busques horarios perfectos, buscá momentos posibles. Tu rutina cambió por completo, y eso está bien. Lo importante no es entrenar a la misma hora todos los días, sino encontrar pequeños espacios, aunque sean 15 minutos, donde puedas activarte sin interrupciones.
2. Entrená en casa con lo que tengas a mano. No necesitás un gimnasio ni equipamiento sofisticado. Hoy hay miles de apps, videos y rutinas breves que podés hacer en el living mientras el bebé duerme. Lo importante es moverte, no cómo lo hacés.
Lea más: Vivir sin diagnóstico: cómo es ser un adulto neurodivergente
3. Sumá a tu bebé a la actividad. Salir a caminar con el cochecito, hacer estiramientos con el bebé en brazos o practicar yoga suave mientras lo cuidás son formas efectivas de entrenar sin dejar de estar presente.
4. Pedí ayuda, no es un signo de debilidad. Delegar el cuidado del bebé durante unos minutos no es egoísta. Es necesario. Apoyate en tu pareja, familia o amistades para tener un rato propio donde recargar energías.
5. Buscá comunidad. Unirte a grupos de padres que también quieren moverse puede darte motivación, ideas y contención emocional. Ya sea online o en tu barrio, no estás solo en esto.
Lea más: Por qué ver hojas verdes calma tu mente: lo que dice la ciencia
Cómo sostener la motivación

- Ponete metas chicas: no quieras correr una maratón en el primer mes. Empezá por caminar 10 minutos o hacer 10 sentadillas.
- Celebrá cada paso: volver a moverte ya es un logro enorme. Valoralo.
- Probá cosas distintas: alternar rutinas evita el aburrimiento y mantiene activo tu cuerpo y tu mente.
Cuidarte también es cuidar
Recuperar el hábito de moverte no es un lujo, es una herramienta para estar mejor en todos los sentidos. No hace falta que vuelvas a tu estado físico anterior, ni que sigas una rutina perfecta: basta con dar el primer paso. Porque cuando vos estás bien, todo lo demás fluye mejor.