El 15 de enero de 2001, el mundo presenció un acontecimiento que transformaría la forma en que las personas acceden al conocimiento: la fundación de Wikipedia.
Se presupone que estamos en la sociedad del conocimiento. Para la mayoría de nuestra población esto no tiene significado que le afecte directamente. Piensan que seguramente se dice eso de la sociedad porque con el progreso de las ciencias, los científicos actuales producen muchos conocimientos nuevos. Por los medios de comunicación sabemos que la producción es constante y mucho más productiva que en todas las épocas anteriores de la historia. Algunos conocimientos de esta producción acelerada son sobre realidades hasta ahora desconocidas; otros en realidades conocidas sobre componentes, estructuras o características diferentes a las que nosotros creíamos conocer. En cualquier caso, el hecho es que cada día hay más conocimientos y gracias a ellos tenemos más posibilidades de dominar la naturaleza, mejorar nuestra calidad de vida, vivir más años, defendernos mejor de riesgos y amenazas, etc.
El conocimiento es el bien más importante y decisivo para la prosperidad que puede poseer un país en la actualidad. Más valioso que el petróleo, que las minas de oro, que las represas hidroeléctricas, que las grandes plantaciones de soja o que cualquier otro recurso natural.
Si el “conocimiento se aprende”, como afirma la diputada María Carísimo, significa que ella colocó en un cargo elevado a su nieta Zaida Rojas Domínguez (directora de la Comisión de Asuntos Migratorios de Diputados) a sabiendas de que no sabe nada de lo que ahí debe hacer, a pesar de ser licenciada con posgrado en “ma’érã”. El presidente de la cámara, Pedro Alliana también lo sabe, pero igual la nombró por otra cuestión que él y la diputada saben.
Cada vez más, la valoración de la labor de un científico depende del número de artículos que publica y del número de veces que lo citan, y la del conocimiento científico, de su capacidad de generar innovación tecnológica; la popularidad de la ciencia crece a la par de la burocratización de los criterios con los que se la evalúa.