LA MATANZA, Argentina. Cerca del 40% de la población de Argentina actualmente es pobre. La miseria se disparó con la pandemia. Antes de esta, Daisy García, una joven paraguaya de 26 años, atendía a unas ochenta personas por día en un comedor comunitario de la provincia de Buenos Aires. Ahora, son cerca de 1.000.
La III Conferencia de Donantes de Siria fue clausurada ayer con la desazón de no haber logrado recaudar ni la mitad de los 8.700 millones de dólares que pedía la ONU , pero con la clara conciencia del reto de distribuir eficazmente la ayuda humanitaria. Cuatro de cada cinco sirios son pobres, según las Naciones Unidas.
Campesinos e indígenas, que se disputan unos lotes en el distrito de Santa Rosa del Aguaray (San Pedro), viven en la absoluta miseria. Denuncian que el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) y el Indert les abandonaron a su suerte. Unos reclaman asistencia, otros la aclaración de cuáles son sus lotes.
Florentino García (81) y Marina Paredes (47) sobreviven en la extrema pobreza en la colonia Maracaná, de Curuguaty. Cuatro de sus diez hijos padecen distrofia osteo muscular congénita y no tienen ningún tratamiento médico especializado. No reciben ninguna ayuda del Estado.
A lo largo de 20 años de instauración de la democracia, la Gobernación de Alto Paraguay percibió más de G. 300.000 millones para construcción de caminos y otras obras para mejorar las condiciones de vida de unos 10.000 pobladores, pero las sucesivas autoridades condenaron al departamento a la miseria, sin un solo centímetro de ruta asfaltada. La zona es una de las más ricas en recursos para el desarrollo económico, pero paradójicamente es uno de los más pobres en infraestructura.
RÍO DE JANEIRO. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó en un pronunciamiento oficial que su Gobierno está “ a un paso ” de acabar con la miseria absoluta en el país.